Cuando compramos los billetes a Israel y Jordania todo era normal... Una semana antes de partir, y para variar, comenzaron los disturbios entre Israel y la franja de Gaza. Todo el mundo nos recomendaba quedarnos en casita, pero esperamos hasta último momento, y al final nos decidimos. Aunque es cierto que el alto el fuego se decretó dos días antes de llegar nosotros, allí la gente hacía vida normal; no había miedo ni cosas extrañas, o al menos eso es lo que nos contaba la gente.
Nos hubiéramos arrepentido siempre si no hubiésemos ido...
Nuestro viaje comenzaba haciendo escala en Ginebra para que los billetes salieran más baratos. Aunque ya conocíamos Suiza, el dia de escala nos permitió dar una vuelta, recordar una ciudad que habíamos visitado hace años, dormir y pasear, eso sí, un poco de frío. Nada comparable a lo que nos esperaba en Israel.
Al llegar al Aeropuerto de Tel Aviv cogimos un tren que nos llevó al centro y que tarda 10' y cuesta unos 3€. Intentad llevar dinero ya cambiado desde el aeropuerto al menos, porque no aceptaban el pago con tarjeta.
Esta estación de trenes está a unos 5' andando de la estación de autobuses y a su vez a unos 30' andando del centro de Tel Aviv. Nosotros fuimos andando, callejeando y descubriendo una ciudad completamente nueva para nosotros.
Dejamos nuestras cosas en Florentine Hostel; un hotel para backpackers, con poca intimidad pero bastante pasable. Tienen patio grande, cocina comunitaria y salón grande (siempre a tope), mucha info para los turistas, habitaciones normales y limpias, aunque con paredes de papel. Fueron muy amables con nosotros y su localización es bastante buena, así que si no buscáis demasiado confort y sólo vais a estar allí para dormir, es muy recomendable. Su precio: 45€ con desayuno incluído (café y tostadas). Para los que vayáis en plan más mochilero tienen habitaciones compartidas mucho más baratas y el ambiente es ideal si queréis conocer gente.
Tel Aviv se puede recorrer andando. Visitamos el Barrio Yemení, el Mercado Carmel, donde comenzamos
a descubrir los increíbles zumos de frutas y el ambiente israelí, y terminamos en la zona centro, tambien con muchos mercados y sitios para comer. Por la noche paseamos por el Paseo Marítimo, muy muy amplio y con grandes edificios y hoteles, y aprovechamos para visitar el famoso Barrio de Jaffa.
Con un día es suficiente, no nos dejamos nada y todo lo hicimos andando.
Tuvimos problemas para pagar y sacar dinero con VISA en muchos sitios, pero destacamos que no tuvimos ningun problema de seguridad, todo lo contrario, y más dado el momento en que viajamos, y aunque poco iluminadas las calles y poca gente de noche, en ningún momento nos sentimos inseguros.
A la mañana siguiente fuimos a por el coche que teníamos alquilado para visitar Haifa, Acre y Nazareth con Budget. La sorpresa que nos dan al llegar es que el personal de la oficina es bastante borde, y además que nos bloquean 800$ en nuestra tarjeta de crédito. Acostumbrados a alquilar coches en medio mundo, esto nos pareció una burrada dado que el alquiler era para un sólo día. No nos dieron ninguna otra opción y negándonos a quedarnos sin dinero en la tarjeta de crédito, ya que el bloqueo tardaría más de una semana en liberarse, decidimos cancelar el alquiler perdiendo la reserva de 20€. Nos fuimos directamente a Jerusalén en autobús. Por suerte, todos los buses de Israel tienen Wifi y hacen los viajes más entretenidos.
(Al llegar a España pusimos reclamación a la empresa; nunca nos devolvieron nada, pero la central sí que se sorprendió de que el bloqueo fuera tan alto... aún así, no hicieron nada).
El bus a Jerusalén cuesta unos 4€, salen cada 20' de la estación de Tel Aviv y tarda 1 hora. Nuestro viaje tambien fue aderezado con un pinchazo de rueda, una parada en mitad de la autovía, y la espera de otro autobús. ¡Toda una aventura!
Pero la sorpresa fue mayor al salir de la estación de autobuses de Jerusalén.
Por educación, uno tiene en mente una ciudad como Jerusalén con gente con túnicas color beige y barbas, andando por calles antiguas y mercados desordenados... Pues la zona nueva de Jerusalén, donde lllegaréis, no tiene nada que ver. Nada más salir de la estación un tranvía la mar de moderno pasó por delante de
nuestras narices, tiendas modernas, calles impolutas, baldosas brillantes y mercados limpísimos.
Desde la parada de buses a nuestro hotel había unos 15' andando que aprovechamos para visitar el Mercado de Yehuda, muy cerca del hotel, repleto de puestos de fruta fresca, zumos de mil clases hechos al momento, frutos secos, aceitunas, panes de sabores, y unos dulces muy muy similares a las facturas argentinas.
Dejamos nuestras cosas en un hotel que recomendamos 100%! Abraham Hostel Jerusalem (entrada a partir de las 14hs) es un hotel moderno, con habitaciones enormes con cocina y frigorífico, terraza, tv y armarios, ventilador y hervidor de agua con bolsas de té y café que reponen a diario. Además tiene muchas zonas comunes, con un comedor gigante y cocina compartida muy
cuidada y muy limpia, con utensilios de todas clases, lavandería, etc. Hacen muchas actividades diarias para residentes y turistas y tienen una sección de viajes y excursiones. Sus comentarios en artículos y RRSS son insuperables.
Recomendamos seguirles en Facebook o en Twitter para que conozcáis más sobre ellos. Su precio merece la pena, y mucho, para todo lo que ofrece: 53€ la noche con desayuno incluído. Este es variado aunque todos los días igual (pepino, queso, tomate, tostadas, cereales, te y café). Permiten llevar también tu propia comida o bebida por si quieres algo más, por ejemplo, zumo.
Además, y sin saberlo, grata sorpresa, por 3 noches reservadas nos regalaron una excursión a elegir. Nosotros nos decantamos por ir a Masada, Ein Gedi y Mar Muerto, visitas que pensábamos hacer por nuestro lado y que también recomendamos 100%. (Excursión valorada en 52€ por persona sin entradas).
De Jerusalén, evidentemente, destacamos la zona vieja.
Tras pasar la Puerta de Jaffa, a 10' andando de nuestro hotel, eso sí que es entrar en las típicas películas de TV de Semana Santa o en nuestros libros de historia. Los mercados en las zonas armenia, cristiana y musulmana se tornan más bulliciosos y auténticos, se mezclan culturas e historia, y se respira un ambiente mágico.
Ninguno de los dos somos religiosos, sin embargo, Jerusalén tiene algo que emociona.
Subimos al Monte Sión a ver La tumba de David, la sala de La última Cena, La Iglesia del Santo Sepulcro, el Monte de los Olivos...
¿Lo que más nos impresionó? El Muro de las Lamentaciones. Creas o no en algo, es sin duda un lugar
impresionante.
No queremos daros más detalles ya que preferimos que lo descubráis vosotros mismos, como hicimos nosotros. Sólo deciros que estéis atentos a horarios de entradas y salidas ya que los controles de seguridad que hay que pasar para entrar en determianadas zonas son muy estrictos y con horarios restringidos.
Los paseos por Jerusalén, zona nueva y vieja, son lo mejor de este lugar. Hay muchos sitios para comer todo tipo de comida, precios muy baratos y mercados por todos lados para comprar comida y prepararla en el hotel. No dudéis en probar todo lo que os apetezca de los mercados, no sólo en Jerusalén sino en todo Israel, porque es lo que más recordaréis al volver a casa.
En nuestro tercer día en Jerusalén disfrutamos de la excursión que nos había regalado el hotel.
A las 7:00hs un minibus de 16 plazas sale de la puerta del hotel. Durante el trayecto llaman la atención los asentamientos judíos y los controles de entrada a Cisjordania.
Nuestra primera parada es Masada. Impresionante ciudad a dos horas de Jerusalén, escondida en la montaña con una historia increíble. Dos horas son suficientes para verla al completo. La entrada cuesta 10€ haciendo uno de los trayectos en teléferico (nosotros hicimos la subida en 3'), y otro andando (bajada 40'). Tambien pueden hacerse ambos trayectos en teleférico por un precio más alto.
Recordad llevar carnet de estudiante que hacen descuentos, y mucha mucha agua porque allí, en mitad del desierto, hace muchísimo calor.
A 20' de Masada está el Oasis de Ein Gedi. La entrada cuesta unos 5€ y hacen descuentos a estudiantes. Está lleno de vegetación, cascadas y animales, algo que parece increíble en mitad de esos paisajes desérticos con absolutamente nada que ver.
Puedes escoger entre varios senderos para recorrer el oasis, siendo el más corto de una hora u hora y media. A la entrada al Oasis hay un bar grande para comer o comprar bebida. En sí el Oasis no tiene nada pero su imagen sorprende. Eso sí, suele estar abarrotado de gente.
Después de salir de Ein Gedi el bus pasa un control de entrada a Cisjordania y nos lleva a una playa privada cerca del lado norte (Quimram). La entrada a esta playa está incluída en el Tour.
Sí, el Mar muerto es tal y como se ve en la tele o como nos han contado; se flota sin hacer absolutamente nada, el suelo es super fangoso y lleno de piedras de sal que se clavan, y la experiencia vale la pena! Es muy dificil bañarse normal y hundirse, por no decir prácticamente imposible.
Intentad que nada de agua vaya a la cara y a los ojos porque pica muchísimo, tanto en heridas como en la piel sensible. Aún así es chulísimo, y además hay duchas con vestuarios para quitarse el barro y quedarse libre de sal en la misma playa, así que no hay excusa.
Tras esto partimos de vuelta a Jerusalén, un trayecto de escasos 40' que se convirtieron en hora y media por los atascos monumentales que se forman en las carreteras debido a las horas puntas y los controles de seguridad.
¿Jerusalén sí o no? Sin duda, ¡un Sí rotundo!.
Nos hubiéramos arrepentido siempre si no hubiésemos ido...
Nuestro viaje comenzaba haciendo escala en Ginebra para que los billetes salieran más baratos. Aunque ya conocíamos Suiza, el dia de escala nos permitió dar una vuelta, recordar una ciudad que habíamos visitado hace años, dormir y pasear, eso sí, un poco de frío. Nada comparable a lo que nos esperaba en Israel.
Al llegar al Aeropuerto de Tel Aviv cogimos un tren que nos llevó al centro y que tarda 10' y cuesta unos 3€. Intentad llevar dinero ya cambiado desde el aeropuerto al menos, porque no aceptaban el pago con tarjeta.
Esta estación de trenes está a unos 5' andando de la estación de autobuses y a su vez a unos 30' andando del centro de Tel Aviv. Nosotros fuimos andando, callejeando y descubriendo una ciudad completamente nueva para nosotros.
Dejamos nuestras cosas en Florentine Hostel; un hotel para backpackers, con poca intimidad pero bastante pasable. Tienen patio grande, cocina comunitaria y salón grande (siempre a tope), mucha info para los turistas, habitaciones normales y limpias, aunque con paredes de papel. Fueron muy amables con nosotros y su localización es bastante buena, así que si no buscáis demasiado confort y sólo vais a estar allí para dormir, es muy recomendable. Su precio: 45€ con desayuno incluído (café y tostadas). Para los que vayáis en plan más mochilero tienen habitaciones compartidas mucho más baratas y el ambiente es ideal si queréis conocer gente.
Tel Aviv se puede recorrer andando. Visitamos el Barrio Yemení, el Mercado Carmel, donde comenzamos
a descubrir los increíbles zumos de frutas y el ambiente israelí, y terminamos en la zona centro, tambien con muchos mercados y sitios para comer. Por la noche paseamos por el Paseo Marítimo, muy muy amplio y con grandes edificios y hoteles, y aprovechamos para visitar el famoso Barrio de Jaffa.
Con un día es suficiente, no nos dejamos nada y todo lo hicimos andando.
Tuvimos problemas para pagar y sacar dinero con VISA en muchos sitios, pero destacamos que no tuvimos ningun problema de seguridad, todo lo contrario, y más dado el momento en que viajamos, y aunque poco iluminadas las calles y poca gente de noche, en ningún momento nos sentimos inseguros.
A la mañana siguiente fuimos a por el coche que teníamos alquilado para visitar Haifa, Acre y Nazareth con Budget. La sorpresa que nos dan al llegar es que el personal de la oficina es bastante borde, y además que nos bloquean 800$ en nuestra tarjeta de crédito. Acostumbrados a alquilar coches en medio mundo, esto nos pareció una burrada dado que el alquiler era para un sólo día. No nos dieron ninguna otra opción y negándonos a quedarnos sin dinero en la tarjeta de crédito, ya que el bloqueo tardaría más de una semana en liberarse, decidimos cancelar el alquiler perdiendo la reserva de 20€. Nos fuimos directamente a Jerusalén en autobús. Por suerte, todos los buses de Israel tienen Wifi y hacen los viajes más entretenidos.
(Al llegar a España pusimos reclamación a la empresa; nunca nos devolvieron nada, pero la central sí que se sorprendió de que el bloqueo fuera tan alto... aún así, no hicieron nada).
El bus a Jerusalén cuesta unos 4€, salen cada 20' de la estación de Tel Aviv y tarda 1 hora. Nuestro viaje tambien fue aderezado con un pinchazo de rueda, una parada en mitad de la autovía, y la espera de otro autobús. ¡Toda una aventura!
Pero la sorpresa fue mayor al salir de la estación de autobuses de Jerusalén.
Por educación, uno tiene en mente una ciudad como Jerusalén con gente con túnicas color beige y barbas, andando por calles antiguas y mercados desordenados... Pues la zona nueva de Jerusalén, donde lllegaréis, no tiene nada que ver. Nada más salir de la estación un tranvía la mar de moderno pasó por delante de
nuestras narices, tiendas modernas, calles impolutas, baldosas brillantes y mercados limpísimos.
Desde la parada de buses a nuestro hotel había unos 15' andando que aprovechamos para visitar el Mercado de Yehuda, muy cerca del hotel, repleto de puestos de fruta fresca, zumos de mil clases hechos al momento, frutos secos, aceitunas, panes de sabores, y unos dulces muy muy similares a las facturas argentinas.
Dejamos nuestras cosas en un hotel que recomendamos 100%! Abraham Hostel Jerusalem (entrada a partir de las 14hs) es un hotel moderno, con habitaciones enormes con cocina y frigorífico, terraza, tv y armarios, ventilador y hervidor de agua con bolsas de té y café que reponen a diario. Además tiene muchas zonas comunes, con un comedor gigante y cocina compartida muy
cuidada y muy limpia, con utensilios de todas clases, lavandería, etc. Hacen muchas actividades diarias para residentes y turistas y tienen una sección de viajes y excursiones. Sus comentarios en artículos y RRSS son insuperables.
Recomendamos seguirles en Facebook o en Twitter para que conozcáis más sobre ellos. Su precio merece la pena, y mucho, para todo lo que ofrece: 53€ la noche con desayuno incluído. Este es variado aunque todos los días igual (pepino, queso, tomate, tostadas, cereales, te y café). Permiten llevar también tu propia comida o bebida por si quieres algo más, por ejemplo, zumo.
Además, y sin saberlo, grata sorpresa, por 3 noches reservadas nos regalaron una excursión a elegir. Nosotros nos decantamos por ir a Masada, Ein Gedi y Mar Muerto, visitas que pensábamos hacer por nuestro lado y que también recomendamos 100%. (Excursión valorada en 52€ por persona sin entradas).
De Jerusalén, evidentemente, destacamos la zona vieja.
Tras pasar la Puerta de Jaffa, a 10' andando de nuestro hotel, eso sí que es entrar en las típicas películas de TV de Semana Santa o en nuestros libros de historia. Los mercados en las zonas armenia, cristiana y musulmana se tornan más bulliciosos y auténticos, se mezclan culturas e historia, y se respira un ambiente mágico.
Ninguno de los dos somos religiosos, sin embargo, Jerusalén tiene algo que emociona.
Subimos al Monte Sión a ver La tumba de David, la sala de La última Cena, La Iglesia del Santo Sepulcro, el Monte de los Olivos...
¿Lo que más nos impresionó? El Muro de las Lamentaciones. Creas o no en algo, es sin duda un lugar
impresionante.
No queremos daros más detalles ya que preferimos que lo descubráis vosotros mismos, como hicimos nosotros. Sólo deciros que estéis atentos a horarios de entradas y salidas ya que los controles de seguridad que hay que pasar para entrar en determianadas zonas son muy estrictos y con horarios restringidos.
Los paseos por Jerusalén, zona nueva y vieja, son lo mejor de este lugar. Hay muchos sitios para comer todo tipo de comida, precios muy baratos y mercados por todos lados para comprar comida y prepararla en el hotel. No dudéis en probar todo lo que os apetezca de los mercados, no sólo en Jerusalén sino en todo Israel, porque es lo que más recordaréis al volver a casa.
En nuestro tercer día en Jerusalén disfrutamos de la excursión que nos había regalado el hotel.
A las 7:00hs un minibus de 16 plazas sale de la puerta del hotel. Durante el trayecto llaman la atención los asentamientos judíos y los controles de entrada a Cisjordania.
Nuestra primera parada es Masada. Impresionante ciudad a dos horas de Jerusalén, escondida en la montaña con una historia increíble. Dos horas son suficientes para verla al completo. La entrada cuesta 10€ haciendo uno de los trayectos en teléferico (nosotros hicimos la subida en 3'), y otro andando (bajada 40'). Tambien pueden hacerse ambos trayectos en teleférico por un precio más alto.
Recordad llevar carnet de estudiante que hacen descuentos, y mucha mucha agua porque allí, en mitad del desierto, hace muchísimo calor.
A 20' de Masada está el Oasis de Ein Gedi. La entrada cuesta unos 5€ y hacen descuentos a estudiantes. Está lleno de vegetación, cascadas y animales, algo que parece increíble en mitad de esos paisajes desérticos con absolutamente nada que ver.
Puedes escoger entre varios senderos para recorrer el oasis, siendo el más corto de una hora u hora y media. A la entrada al Oasis hay un bar grande para comer o comprar bebida. En sí el Oasis no tiene nada pero su imagen sorprende. Eso sí, suele estar abarrotado de gente.
Después de salir de Ein Gedi el bus pasa un control de entrada a Cisjordania y nos lleva a una playa privada cerca del lado norte (Quimram). La entrada a esta playa está incluída en el Tour.
Sí, el Mar muerto es tal y como se ve en la tele o como nos han contado; se flota sin hacer absolutamente nada, el suelo es super fangoso y lleno de piedras de sal que se clavan, y la experiencia vale la pena! Es muy dificil bañarse normal y hundirse, por no decir prácticamente imposible.
Intentad que nada de agua vaya a la cara y a los ojos porque pica muchísimo, tanto en heridas como en la piel sensible. Aún así es chulísimo, y además hay duchas con vestuarios para quitarse el barro y quedarse libre de sal en la misma playa, así que no hay excusa.
Tras esto partimos de vuelta a Jerusalén, un trayecto de escasos 40' que se convirtieron en hora y media por los atascos monumentales que se forman en las carreteras debido a las horas puntas y los controles de seguridad.
¿Jerusalén sí o no? Sin duda, ¡un Sí rotundo!.
Hola
ResponderEliminarQue tiempo os hizo en diciembre? Quiero ir para la purisima.
Saludos
Hola! Calor!! Te recomiendo llevar algo de abrigo par las noches o por si refresca, pero la mayor parte del tiempo estarás en manga corta y si acaso algo finito :)
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